En los últimos años, se ha hablado mucho en cuanto a si los lácteos son buenos o malos y si estos son imprescindibles para el organismo o no.
Ninguna de estas afirmaciones son realmente verdad, ni los lácteos son buenos y hay que tomarlos por obligación, ni mucho menos son malos y tenemos que retirarlos de nuestra dieta por norma general.
Descubre el Mito 3: Los lácteos son malos o fundamentales.
Los lácteos nos proporcionan calcio, grasas y proteínas de muy buena calidad y, además es un alimento bastante completo por su alto contenido en vitaminas y minerales, pero debemos de tener claro que no tomar lácteos no será motivo de falta de nutrientes en nuestro organismo puesto que hay muchas otras fuentes que nos pueden servir como sustitutos de la leche. En el caso de la leche, hace unos años se pensaba que era imprescindible para el mantenimiento de los huesos, pero la realidad es que hay muchas otras fuentes saludables de calcio para la alimentación que nos ayudarán de igual forma.
No obstante, hay personas que deciden no tomarla por diversos motivos. Estos pueden ir desde pensamientos ideológicos, morales, ecológicos (como puede ser el caso de las personas veganas, que eligen no tomar este tipo de alimentos derivados de los animales), a otros motivos como el gusto que tiene y, por último, la intolerancia a la lactosa.
La lactosa es una molécula que hay en la leche y que de forma natural nuestro cuerpo es capaz de digerir mediante una enzima que producimos puesto que desde bebés nos alimentamos de la leche materna. Lo que ocurre es que cuando dejamos de tomar leche materna, nuestra capacidad de digerir esta molécula puede perderse y llevarnos a posibles intolerancias. Este consumo de leche animal, se da sobre todo en los países europeos debido a nuestras costumbres y a la adaptación que ha tenido nuestro cuerpo.
Por tanto, podemos llegar a la conclusión de que la lactosa ni es mala, ni es fundamental para nuestro funcionamiento. La leche es un alimento bastante completo al que estamos adaptados en nuestra sociedad y podemos ingerirlo sin problema siempre y cuando este sea de nuestro gusto y no tengamos ninguna intolerancia que nos lo impida o haya algún otro factor externo como nuestra ideología.
Esperamos que con este post rompas algunas barreras sobre “lácteos sí o lácteos no” y que si a los ingieres como si no, sepas qué nutrientes estás adquiriendo o cómo suplirlos con otros alimentos. Al final, lo verdaderamente importante es que de una fuente u otra (animal o vegetal) adquieras el calcio, las vitaminas, las grasas y los minerales necesarios para tu organismo.
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Autor: Roberto Conesa. Entrenador personal en DomoPersonal, especializado en nutrición.